A pesar que el nombre BOOTP implica todo lo necesario para arrancar un dispositivo sin almacenamiento ese no es el caso. Como el mismo estándar BOOTP lo describe, el “bootstrapping” generalmente requiere dos fases:
En la primera, se le provee al cliente de una dirección y otros parámetros.
En la segunda fase el cliente emplea un protocolo como TFTP para descargar software u otros parámetros de configuración (sistemas operativos y drivers) que le permiten funcionar en la red y realizar cualquier labor que se le encargue.
El hecho de que BOOTP pueda usarse para brindar información a un cliente más allá de una simple dirección IP lo hace útil aun en casos cuando el dispositivo ya conoce su dirección.
BOOTP puede ser usado para enviar parámetros que el administrador quiere que todos los hosts tengan y asegurarse de que usan la red en una manera consistente.
Asimismo, en el caso de dispositivos que tienen almacenamiento local (y por consiguiente no necesitan obtener una dirección IP) el BOOTP aun puede ser usado para que estos obtengan el nombre del archivo boot para la fase dos del bootstrapping descrito anteriormente.
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